miércoles, 29 de junio de 2011

Las Cinco de Todo


Por: Carmen McLean 

LOS CINCO PERSONAJES INCOMODOS

¿No sé si les ha pasado que mientras van caminando se topan con cada personaje que uno no da crédito? Bueno, pues como seguramente su respuesta es afirmativa, el día de hoy les enlistare a estos personajes que desgraciadamente existen y que pocos se detienen a analizar.
1.   
               El vecino incomodo

¿Nunca se ha fijado que más tardan en salir de su casa y ya se topa con alguien que los está escaneando? Porque perdón, pero una cosa es ver a alguien que se te cruza enfrente y otra muy distinta es… ¡Escanearla!  Nunca falta el vecino chismoso que sólo está esperando en la ventana a ver quien pasa o quien sale y que se te queda mirando fijamente sin decir mínimo buenos días, buenas tardes o ya de perdida un hola… ¡Ah, noooo! ¡Sólo que te queda mirando! ¿Pues que sienten, me pregunto yo? ¡Qué mala maña de estos personajes! Que pueden desde que Dios amanece ponerte de malas. Este personaje en particular conoce todos los chismes de la colonia, pero ojo, el no es chismoso, sólo lo sabe por mera casualidad, porque iba pasando o le dijeron. ¿A poco no les ha tocado toparse con alguien así?

  1. El viejito
Esos señores que se ponen al volante a las 7 de la mañana donde el tráfico es de por sí ya para…  ¡Quererse matar! O más bien, para querer matar a alguien. ¡Son todo un caso! Este personaje en otras circunstancias sería alguien tierno, adorable y sumamente lindo, pero en este caso en específico, se convierten en impertinentes de primera. Porque de entrada, ¿Que tiene que estar parados a las 7 de la mañana con 80 años encima? ¿Para ir a trabajar acaso? ¡La verdad lo dudo mucho! Y para ir por la leche me parece un exceso tener que ir en carro. La única razón por la que justificaría su salida, seria  porque tiene que ir al médico, si no, ¿A que salen?

¡No salgan por favor! O salgan acompañados, es muy peligroso, no sólo para ustedes, sino para los otros automovilistas que no respetan, ¡Ni a su madre! Porque debemos de aceptar que ya a cierta edad, los reflejos para manejar son mínimos, por tanto su vida y la de todos está en riesgo. Este personaje a diferencia del anterior puede partirte el día. Porque si vas en carro o en el camión y te topaste con él, simplemente ya no llegaste a donde debías llegar.

  1. La señora con las bolsas del mercado
En el caso de tercer lugar, este personaje en particular… ¡Ah como me choca! Porque cuando te toca toparte con ella, ¡Te dan unas ganas de jalonearla! Me refiero a la señora gorda con las bolsas del mercado. Así es, está linda señora, bien vestida y amable. Que si te toca estar detrás de ella, no sólo puedes admirar como se contornea de manera sumamente lenta, retrasando todo,  sino que aparte, si te toca subirte con ella en el metro o en el camión, ¡Ay Dios! Ya te fregaste, porque tendrás que cargarla durante todo el camino al trabajo, porque son tan amables, que se te recargan con tal gracia que, ¡Pareciera que quieren que las cargues! Sin olvidar por supuesto, que a la hora de bajarse del transporte público, que casi nunca viene lleno, te empujan horriblemente, porque pretenden llegar a la puerta estando a la mitad del vagón, justo cuando se está llegando a la parada. No bueno, de verdad, ¿Qué tienen en la cabeza? Y aparte de todo, ¿Por qué no?  Gritan: ¡Baaajaaaan, bajan! Es cuando yo digo: “Pues bájese, a ver como carajos” Ya en serio, ¿Por qué no anticipan su bajada? No me podrán negar que este personaje es muy cotidiano y molesto.

  1. La cajera
Después de fumarnos a los demás personajes, es un clásico el tener que ir de último momento a imprimir, comprar o recoger algo. Y es aquí cuando entra el siguiente personaje: ¡Cómo olvidarlo! La cajera. Esa mujer, que pareciera que te odia  y le da flojera hasta respirar. Y que lo único que hace es poner a prueba tu paciencia, porque no se ustedes, pero a mí siempre me toca una cajera “taruga”, cuando no se les acaba el cambio, se les traba la computadora, tiene corte de caja o simplemente están platicando con la compañerita. ¡Ah, como caen gordas! Y no es que uno sea grosero, porque entiendo que su trabajo requiere de un esfuerzo físico e intelectual bastante grande, pero de verdad, ¿Qué les cuesta hacer su trabajo? En lugar de estar perdiendo el tiempo y hacer que uno lo pierda también, porque… ¿A poco no? Pareciera que les encanta ver la fila hasta el gorro. Cuando sólo tienen que cobrar un agua, un café o unos chicles. ¡Qué barbaridad!

  1. El jefe
Y el personaje número cinco, ¡Que debería de ser realmente el número uno! Aquél hombre que después de que te vienes contramatando para llegar…  ¡Le importa un rábano! Y ni siquiera te deja respirar, sino que por todo lo contrario te quita la respiración al ponerte a hacer todo lo que él debería de haber hecho desde hace días y pretende que lo hagas en medio día, porque “urge para hoy”. Este personaje es tan, pero tan incómodo, porque obviamente no lo puedes mandar al diablo, sino todo lo contrario, debes de actuar como si todo estuviera perfecto aunque en el fondo te este llevando el tren. Este personaje… ¡Tan simpático! Que cuando crees que ya terminaste, ¿Adivina qué? ¡Aún te falta más y no te puedes ir hasta que termines! O lo que es peor, que te dice: “mañana sábado te espero ¡Eh! Porque aunque no es laborable tenemos mucho por hacer aun y entre más nos apuremos mejor”. ¿Nos apuremos o me apure? Pero lo más lindo del jefe, es que a pesar de que sepas que es un bueno para nada, el jefe siempre tiene la razón, y… ¿Dile lo contrario? Niéguenme: ¿Nunca les ha tocado un jefe impertinente, negrero, pero sobre todo que se cree muy chistoso? Y solito se ríe de sus chistes, y que tienes que fumarte no sólo el trabajo, sino ese humor por el cual nadie te paga extra para aguantar. Este personaje no sólo te puede arruinar el día, ¡Sino la vida! Porque el saber que todos los días le debes de ver la cara se convierte en una verdadera supervivencia hasta que consigues algún trabajo mejor o caes en la resignación de decir: “lo que tiene que hacer uno para comer”.

Moraleja:

Todos estos personajes en algún momento de la vida nos ha tocado desgraciadamente toparnos con ellos, pero lo importante es tenerlos perfectamente bien ubicados para que, sin importar que sean lo menos molestos e incómodos en nuestro diario vivir, porque ya suficiente tenemos con todo lo que pasa a nuestro alrededor como para que estos personajes arruinen lo que podría ser el mejor de tus días.

Así que:
  1. Respira y recuerda que no importa todo lo que te pase en el día, sino lo que haces con lo que te pasa para ser mejor cada día.
Los espero la próxima semana.

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